Blog del Proyecto de innovación aplicada y transferencia del conocimiento en la formación profesional del sistema educativo de los centros: CIFP A Granxa, I de Horticultura i Jardinería de Reus e IES Luces.

martes, 24 de enero de 2012

Esperando a Eisenia

Contábamos el otro día que  IES LUCES participa en un proyecto sobre la gestión sostenible de residuos orgánicos y que incluía desarrollar en nuestro centro técnicas de vermicompostaje. Esperábamos ilusionados a las lombrices antes de navidades, pero las cosas del dinero y los traspasos, las están retrasando. Aprovecharemos para conocerlas mejor.

 La técnica de la vermicultura  o vermicompostaje se basa en la utilización de algunas especies de lombrices de tierra para transformar desechos orgánicos en vermicompost o humus de lombriz. Este compost tiene aplicaciones como fertilizante, como enmienda y como sustrato. También su lixiviado, denominado "té", se utiliza, aplicado en riego o rociado sobre las plantas el crecimiento de la plantas por los reguladores de crecimientos que contiene.

 La especie de lombriz más utilizada para la obtención de humus de lombriz es la lombriz roja californiana (Eisenia foetida).  Esta  especie requiere de altas concentraciones de materia orgánica como medio de vida y alimentación, consumiendo diariamente una cantidad de residuos equivalente a su peso, no pudiendo sobrevivir si el contenido en materia orgánica es bajo.

En cuanto a condiciones ambientales, la temperatura ideal es de 19 a 25º, con una humedad del 80% y, por supuesto, baja luminosidad, ¡son lombrices!. El ph debe estar entre 6,5 y 7,5, tolerando de 5 a 8,4.
Si podemos mantener estas condiciones cada lombriz producirá 10000 descendientes anualmente además de transformar el  60% de la materia orgánica que ingiera en humus.  

Si no aportamos suficiente materia orgánica o las condiciones ambientales se alejan del óptimo, la producción decaerá, pudiendo llegar a perder las lombrices si las condiciones alcanzan valores extremos. Bajar hasta el 55% de humedad mataría a las lombrices. Bajar de los 15ºC hace que entren en un estado de latencia. Por otro lado, aunque sean californianas, no soportan temperaturas superiores a los 35ºC.

Ya sabemos las condiciones que van a pedir para alojarse. Veamos que modelos podemos ofrecerles:



Puedes ampliar información en los siguientes enlaces:

Publicado en la sendalluces

lunes, 23 de enero de 2012

Compostaje, la justa medida

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El compostaje es un proceso en el que  diversas poblaciones biológicas, con humedad, oxígeno y temperaturas adecuadas descomponen los residuos orgánicos hasta obtener un producto estabilizado que  mejora los suelos y la nutrición de las plantas.

Pero para obtener un compost de calidad y en un tiempo razonable debemos encontrar la justa medida en cuanto a la composición de los materiales empleados en la elaboración, la humedad del montón, la temperatura y la aireación del mismo.

Estos parámetros se pueden modificar variando las materias primas, alterando su proporción, modificando la forma y el tamaño de la pila de compost, regándola y aireándola.

Para empezar propondremos una forma y tamaño de pila (Josep Roselló i Oltra. Estación Experimental Agraria de Carcaixent):
De sección trapezoidal, con base de 1,5- 2 metros y altura de 1,2-1,5 metros (tan larga como deseemos o podamos).

Con esas medidas será manejable para el volteo además de permitir que alcance la temperatura necesaria.

Los materiales que formen la pila deberán estar picados para facilitar el trabajo a los organismos descomponedores. Al escogerlos debemos intentar acercarnos a una relación C/N de 25 -35. Para ello podemos consultar tablas sobre la relación C/N de los materiales más empleados en compostaje.

Algunos ejemplos:
Gallinaza 12, siega de césped 14, estiércol de bovino con paja 15-30, hojas de frondosas 20-30, caña de maíz 52, paja de cebada 110, serrín 160, cartón 200.

Lo ideal es colocar los materiales por capas alternando para conseguir la relación C/N deseada y repetir la secuencia hasta completar el montón. Para eso es necesario tener previamente a la formación de la pila la totalidad de los materiales que van a fomarla.

El montón debe estar húmedo para permitir la acción de los organismos pero protegido del exceso de agua por lluvias que provocaría la falta de aireación y enfriamiento.

Si hemos acertado con la mezcla adecuada en dos días la temperatura en el interior del montón deberá estar cerca de los 40ºC y elevarse rápidamente hasta los 65ºC. En ese momento puede ser necesario reponer parte del agua evaporada mediante riego de la pila.

Si la temperatura del montón no sube puede ser que tengamos exceso o falta de agua, que hayamos elegido incorrectamente la combinación de materiales en cuanto a la relación C/N o que estén picado demasiado finos y esto provoque falta de aireación. En ese caso deberemos modificar la pila o incluso rehacerla.

Si todo va bien, después de 40-60 días pasaremos a la fase de bajada de las temperaturas y deberemos dar entonces al menos un volteo del material de la pila. En 60-100 días podemos tener el compost maduro, listo para su uso o su almacenaje. 

Y para saber más: